Existen recursos marinos que no por su explotación en pequeña cuantía resultan de menor interés. Una de las materias más apreciadas son las algas, que son además las responsables principales de la fotosíntesis entre todos los vegetales del planeta; sólo un 10% de la fotosíntesis es realizada por otros vegetales.
De las algas se obtienen numerosos derivados, como extractos medicinales, fertilizantes o incluso alimentos. Como ejemplo: de determinadas especies del género Chondrus, se extraen productos anticoagulantes; de las especies del género Laminaria, extractos útiles en procesos anémicos; de las pertenecientes al género Gelidium se obtienen sustancias utilizadas en laboratorios farmacéuticos y bacteriológicos, etc. Las algas son además alimento de una buena parte de la población mundial, que se concentra principalmente en Oriente.
Otros recursos lo constituyen las esponjas, de importancia económica en algunas regiones mediterráneas y centroamericanas. De la especie Haliclona viridis se extrae además un eficaz antibiótico contra el Staphylococcus aureus. En joyería son muy apreciados los corales, especialmente los corales rojos del mediterráneo Corallium rubrum.
No menos importancia gozan las perlas, que dada la exhaustiva selección que requiere (muy pocas especies de ostras son capaces de producir perlas de calidad) alcanzan por ello un alto valor económico; estas pesquerías se encuentran en el Golfo Pérsico, Venezuela, Japón y Australia. El nácar de las conchas de determinados moluscos es utilizado como materia prima en la fabricación de múltiples objetos, botones entre ellos.



